En noviembre de 1999, pocas semanas antes de cumplir los 14 años, me armé de valor y fui con unos amigos al cine a ver una película que me daba miedo. El tráiler me daba auténtico pánico, pero la promoción de la cinta asustaba más. La idea de que lo que se veía era real me atemorizaba…y llenaba de morbo. Por ello fui a ver una peli que impactó con fuerza en todo el mundo, revolucionando el cine de terror psicológico.
El próximo mes de noviembre volveré a meterme en un sala para ver la nueva entrega de la bruja de Blair.